viernes, 2 de julio de 2010

Siguen los testimonios

Ni amigos judíos ni obras bolches

La actriz Marta Bianchi reconoció ayer a los ex agentes de la SIDE Aníbal Gordon y Raúl Guglielminetti como los secuestradores que la mantuvieron cautiva en 1976 durante cinco horas en el centro clandestino de detención Automotores Orletti. “Nacieron de nuevo, hoy es el día que tendrán que festejar toda la vida”, reveló la actriz que le dijo el ya fallecido Gordon al anunciar su liberación junto a otros detenidos, entre ellos su entonces marido, el actor Luis Brandoni.

Bianchi dio su testimonio en el juicio que se realiza ante el Tribunal Oral Federal 1 contra cinco represores del Primer Cuerpo de Ejército que obraron en Orletti, un centro que funcionó en Floresta como parte del Plan Cóndor. Además de Guglielminetti, también están imputados Eduardo Alfredo Ruffo, alias “Zapato”, el general de División del Ejército Rodolfo Cabanillas, el ex SIDE Honorio Carlos Martínez Ruiz y el coronel del ejército Rubén Víctor Visuara. Todos ellos están acusados de privación ilegítima de la libertad, imposición de tormentos y homicidio calificado contra unas 65 víctimas de la coordinación represiva entre las dictaduras del Cono Sur.
Como parte de su relato, la actriz reveló que fue dejada en libertad luego de permanecer cautiva durante unas cinco horas en el centro ubicado en Venancio Flores y Emilio Lamarca, y que salió de Orletti con una venda en los ojos, tal como había sido secuestrada. Según contó, fue soltada cerca de su domicilio en Palermo.

“Ustedes de esto no hablan”, le dijo también el jefe del grupo, al que años más tarde logró identificar a través de la tapa de una revista como Gordon, un ex Triple A que luego ingresó al Ejército. También reconoció a Guglielminetti por medio de un álbum de fotos que el juez federal Daniel Rafecas le mostró durante la instrucción. De acuerdo con Bianchi, las últimas palabras que escuchó antes de ser liberada fueron: “Basta de amigos judíos y de obras bolches”.
La actriz contó que logró reconocer el sitio en el que estuvo capturada a mediados de la década del noventa luego de un encuentro con el escritor Juan Gelman, cuyo hijo Marcelo había estado secuestrado en Orletti. Bianchi recordó que el poeta la instó a volver al lugar “y yo no podía ser tan cagona”, dijo.

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