El juicio al ex agente civil de inteligencia del Ejército en la dictadura, Raúl Guglielminetti, acusado por delitos de lesa humanidad cometidos en el centro clandestino de detención "Automotores Orletti", entró en su etapa final con el inicio de los alegatos, previsto para el 3 de febrero, cuando la fiscalía formule su acusación ante el Tribunal Oral Federal 1.
Los alegatos se extenderán en principio hasta el 18 de febrero y, tras las últimas palabras de los acusados, para marzo habría veredicto, según estimaron fuentes del tribunal que lleva adelante el juicio desde el 3 de junio del año pasado.
Tras un intervalo, las audiencias se retomaron la semana última para dar lugar a planteos técnicos de las partes e incorporar testimonios por lectura, con lo que se dio por terminada la etapa de testimonios del juicio oral.
Por el juicio pasaron unos 80 testigos que declararon ante los jueces Adrián Grunberg, Oscar Amirante y Jorge Gettas, quienes deberán resolver si condenan o no al ex agente de inteligencia del Ejército Guglielminetti, al ex coronel de esa fuerza Rubén Visuara, al ex general de División Eduardo Cabanillas y los ex agentes de la SIDE Eduardo Ruffo y Honorio Martínez Ruiz.
Todos fueron procesados con prisión preventiva por el juez federal Daniel Rafecas acusados de privación ilegal de la libertad, imposición de tormentos y homicidio calificado.
Automotores Orletti funcionó en el barrio porteño de Flores bajo la órbita de la SIDE en lo que fue un taller mecánico de dos plantas hoy convertido en sitio recuperado para la memoria, que había sido rentado por ese organismo como base operativa durante unos meses y por donde pasaron muchos secuestrados víctimas del "Plan Cóndor", diseñado por dictaduras de la región para concretar persecuciones en distintos países.
Muchas de las víctimas que pasaron por allí fueron uruguayas, como la madre de Macarena Gelman, que fue una de las testigos del juicio, al igual que Mariana Zaffaroni Islas, una nieta recuperada por Abuelas de Plaza de Mayo que también declaró en el proceso porque sus padres, los uruguayos Jorge Zaffaroni y María Islas, fueron secuestrados y llevados a Orletti.
Según se estableció en la causa judicial, Orletti estuvo bajo la órbita del fallecido ex jefe de la Triple A Aníbal Gordon y dependía funcionalmente de la Secretaria de Inteligencia del Estado, a cargo entonces de Otto Paladino, también fallecido.
En la causa actúan como querellantes organismos de derechos humanos y familiares de las víctimas. A pesar de la omisión intencionada por parte de los medios de comunicación y por los entes informativos del Poder Judicial, la ASOCIACION EX DETENIDOS DESAPARECIDOS y JUSTICIA YA, son parte querellante.
Los alegatos se extenderán en principio hasta el 18 de febrero y, tras las últimas palabras de los acusados, para marzo habría veredicto, según estimaron fuentes del tribunal que lleva adelante el juicio desde el 3 de junio del año pasado.
Tras un intervalo, las audiencias se retomaron la semana última para dar lugar a planteos técnicos de las partes e incorporar testimonios por lectura, con lo que se dio por terminada la etapa de testimonios del juicio oral.
Por el juicio pasaron unos 80 testigos que declararon ante los jueces Adrián Grunberg, Oscar Amirante y Jorge Gettas, quienes deberán resolver si condenan o no al ex agente de inteligencia del Ejército Guglielminetti, al ex coronel de esa fuerza Rubén Visuara, al ex general de División Eduardo Cabanillas y los ex agentes de la SIDE Eduardo Ruffo y Honorio Martínez Ruiz.
Todos fueron procesados con prisión preventiva por el juez federal Daniel Rafecas acusados de privación ilegal de la libertad, imposición de tormentos y homicidio calificado.
Automotores Orletti funcionó en el barrio porteño de Flores bajo la órbita de la SIDE en lo que fue un taller mecánico de dos plantas hoy convertido en sitio recuperado para la memoria, que había sido rentado por ese organismo como base operativa durante unos meses y por donde pasaron muchos secuestrados víctimas del "Plan Cóndor", diseñado por dictaduras de la región para concretar persecuciones en distintos países.
Muchas de las víctimas que pasaron por allí fueron uruguayas, como la madre de Macarena Gelman, que fue una de las testigos del juicio, al igual que Mariana Zaffaroni Islas, una nieta recuperada por Abuelas de Plaza de Mayo que también declaró en el proceso porque sus padres, los uruguayos Jorge Zaffaroni y María Islas, fueron secuestrados y llevados a Orletti.
Según se estableció en la causa judicial, Orletti estuvo bajo la órbita del fallecido ex jefe de la Triple A Aníbal Gordon y dependía funcionalmente de la Secretaria de Inteligencia del Estado, a cargo entonces de Otto Paladino, también fallecido.
En la causa actúan como querellantes organismos de derechos humanos y familiares de las víctimas. A pesar de la omisión intencionada por parte de los medios de comunicación y por los entes informativos del Poder Judicial, la ASOCIACION EX DETENIDOS DESAPARECIDOS y JUSTICIA YA, son parte querellante.
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